LENGUA Y LITERATURA

UNIDAD EDUCATIVA TABACUNDO 


NOMBRE: PUJOTA CASTRO STEFANY DIANA 

CUSO: PRIMERO BGU "E"

DOCENTE: MARLENE NOVOA








Indigenista   Un tipo de novela que aparece en el siglo XIX, que centra su atención en presentar las condiciones deplorables en que viven los indígenas, en mostrar los abusos e injusticias que se cometen con ellos, además enseña la política de abandono y la desintegración cultural que han sufrido a través de la historia.




Características El siglo XX comienza en la novela hispanoamericana con una novela costumbrista heredada del siglo XIX, sin ningún intento de renovación formal.

Otras características de estas novelas son: la estructura narrativa desorganizada, la ruptura de la línea argumental, la narración no es lineal por lo que se requiere un gran esfuerzo por parte del lector para restablecer el hilo temporal, se utilizan técnicas de contrapunto, se combinan diferentes personas narrativas y distintos puntos de vista y es muy frecuente el uso del monólogo interior.



Exponentes de novelas indigenistas     contenido y temática indígena. En América del Sur, sobre todo en Bolivia, Perú y Ecuador, se han cultivado esta novela que lleva como personaje central a una colectividad. Los mejores exponentes de ésta son:

   * ALCIDES ARGUEDAS: (Bolivia), con "Raza de Bronce".

   * JORGE ICAZA: (Ecuatoriano), con "Huasipungo".

   * CIRO ALEGRIA: (Peruano), con "El Mundo es ancho y ajeno"

   * ERMILO ABREU GOMEZ: (Mexicano), con "Canek"

   * ROSARIO CASTELLANOS: (Mexicana), con "Balun Canan"

   Otros escritores que han tomado el tema indígena en sus obras son: José Revueltas (México), Mauricio Magdaleno (México), Miguel Angel Asturias (Guatemala) e innumerables autores más.




OBRA GUASIPUNGO (JORGE ICAZA)


La historia comienza con el dueño de un rancho ecuatoriano característico de la época. Su nombre es Alfonso Pereira y está a punto de ser abuelo. La hacienda, llamada Cuchitambo, está gestionada en modo huasipungo, con indígenas que viven y trabajan en ella. Con motivo del próximo alumbramiento de su nieto, escoge a Cunshi como nana para el recién nacido. Su marido, Andrés Chiliquinga, es el indio protagonista de la narración.

 

Al no encontrar a su esposa, piensa que ha decidido abandonarlo y decide irse a trabajar al monte, donde pierde una pierna. Como consecuencia de ello, vemos que empieza a producirse un fuerte enfrentamiento entre el patrón y el indio, el cual se agrava cuando don Alfonso Pereira se interesa por la cuidadora de su nieto y decide cortejarla.

 

En paralelo, la mayor parte de los indios son enviados a trabajar en la construcción de una carretera, donde soportan interminables jornadas laborales y el trato inhumano y despótico del capataz. No pocos de ellos deben arriesgar sus vidas para realizar sus tareas (incluso algunos mueren). El malestar aumenta en la medida en que son conscientes de que solo el juez, el cura del pueblo y un inversor extranjero van a salir beneficiados de la obra viaria.

 

La crecida del río como consecuencia de las lluvias provoca un cambio drástico en la situación: la zona en la que estaban construyendo queda inundada, pero también las huertas y las viviendas de los indios. La desolación es absoluta y el hambre se convierte en un azote para todos.

 

Si continuamos la lectura de Huasipungo, comprobaremos cómo las desgracias siguen cebándose con el indio Chiliquinga. Su esposa ha muerto y no será enterrada en el cementerio de la iglesia sin realizar un prohibitivo desembolso al sacerdote. Finalmente, decide robar una res para poder darle la sepultura que desea; sin embargo, es descubierto y apaleado.

 

Cuando la situación se vuelve insostenible, el odio, el rencor y toda la violencia acumulada se desatan. Chiliquinga congrega al resto de los indios para asaltar la hacienda. Allí ya no queda nadie: los amos han huido a Quito.

 

Las autoridades se enfrentan a los indios rebeldes, de los que unos pocos terminan refugiados en una choza. Cuando el techo comienza a arder, todos saben que solo les espera la muerte. En un acto heroico final, pleno de casta, orgullo y desprecio a sus enemigos, el protagonista sale de su escondite con su hijo entre brazos gritando «¡Ñucanchic huasipungo!». Son recibidos a balazos. Su frase sigue flotando en el ambiente tras las ejecuciones. La novela nos cuenta que, cuando sopla el viento helado entre los páramos americanos, todavía hoy se escucha ese mismo grito: «¡Ñucanchic huasipungo!».








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